Las voces de Chernóbil

Las voces de Chernóbil es una recopilación de testimonios recogidos por la escritora y premio Nobel de Literatura, Svetlana Aleixevich, que tienen como punto de confluencia la explosión en la planta nuclear de Chernóbil el 26 de abril de 1986.

Es un libro que está muy bien porque recoge testimonios de testigos que lo han sufrido de forma directa pero a los que no se les ha escuchado. No me refiero solo a los trabajadores de la planta, o a aquellos que trabajando fuera o estando en casa llamaron para ayudar, colaborando con el desastre nuclear y que, a día de hoy, han fallecido por la cantidad de radiación a la que se vieron expuestos. Sino a las familias a las que no alertaron de los daños que causaba la explosión del reactor y que permanecieron allí, a los familiares de los habitantes de Chernóbil, o a los habitantes de otras poblaciones que, debido a la altísima radiación que alcanzó la tierra y todo lo que les rodeaba, también sufrieron pérdidas de seres queridos, han parido niños con enfermedades irreversibles y, especialmente, han sido engañados por el gobierno ucraniano que no supo o quiso dar la voz de alarma ante lo que ya se había producido estaba ahí.

Son testimonio estremecedores pero que también nos informan de primera mano sobre hechos que no conocemos por los medios de comunicación. Uno de esos ejemplos es el testimonio de un hombre que recuerda cómo les pagaban a los ciudadanos por acercarse a la zona catastrófica, y conforme se acercaban más al núcleo de la explosión, el importe que recibían era mayor. O físicos que advirtieron sobre el peligro y no fueron escuchados, sino más bien invitados a no hablar.

Son testimonios desgarradores donde vemos la impotencia de esas personas que perdieron su casa, sus animales, su familia y sus vidas; y que no podían tocar absolutamente nada de lo que tenían en casa porque todo estaba cargado de radiación.

El libro concluye con un breve epílogo sobre cómo es Chernóbil a día de hoy y cómo se han creado falsas atracciones turísticas donde se hace una visita guiada a los turistas para que conozcan cómo es Chernóbil, sin que realmente vean en qué ha quedado, ni conozcan su historia. Esta visita se hace a kilómetros de Chernóbil para proteger a los turistas. A ellos sí.

Blitz

      Blitz es una novela de David Trueba que pasa de largo sin pena ni gloria. Tiene como protagonista a un arquitecto que viaja a Munich y allí su vida cambia por asuntos amorosos. El resto es recordatorio de buenos y malos momentos, anécdotas y nuevas formas de vida. Ya está. No hay más.

      Sinceramente, me esperaba mucho más o esperaba que la historia diera un giro y pasara algo más interesante en la trama . No me ha gustado tampoco cómo está escrita y, pese a su breve extensión, se me ha hecho larga. Lo único bueno que puedo sacar es la capacidad de visualizar las escenas, porque están bien detalladas, que van mejor con los guiones de cine que con una novela.

Las ratas

     Esta novela de Miguel Delibes describe cómo es la vida en una población rural española. El protagonista es un niño, Nini, que va descubriendo la vida del campo y es un ejemplo de sabiduría sobre la vida del campo, los elementos de la naturaleza y la realidad del pueblo.

     Esta novela refleja el habla de la gente de los pueblos castellanos y la forma de vida de los mismos. Ese trasforndo en la forma de vida es lo que quiere enseñar Delibes con las costumbres de la gente la forma de hablar y las necesidades que tienen que suplir con acciones como cazar ratas...

Niebla

           De vez en cuando hay que leer o releer a alguno de los grandes de nuestra literatura. Así que esta vez me he decantado por Miguel de Unamuno y una de sus novelas más amenas de leer, Niebla.

         Niebla es una novela graciosa, entretenida y muy irónica que recoge el estado nebuloso, al que alude Unamuno, para expresar quiénes somos y quiénes queremos ser. Para ello utiliza el personaje de Augusto, un alter ego del propio Unamuno, enamoradizo que tiene encontronazos consigo mismo y con los conflictos morales.

        La novela se mueve en la conciencia dentro de la inconsciencia, los juegos dialogados de fantasía y realidad y un estilo sobrio pero muy bello con matices modernistas, que despuntan, sobre todo, cuando el personaje, enamorado, habla y se refiere a su amada a la que no conoce.

         Es una novela que todo el mundo debería leer alguna vez porque es un libro bonito, único y bien escrito y también para apartar los prejuicios sobre los clásicos que muchas veces nos hacen rechazar estos libros.